La Verdadera Medida de la Libertad Nómada

La gente suele asociar la vida de nómada digital con playas exóticas y fotos con un portátil frente a una puesta de sol. Y sí, eso es increíble.

Pero déjame contarte cuál es mi verdadero lujo, mi momento de "lo he logrado".

Fue un martes cualquiera a las 11 de la mañana. Mi hijo, de 3 años, se despertó de la siesta un poco mimoso. En lugar de pensar "tengo que volver corriendo al ordenador", apagué las notificaciones, nos tiramos en la alfombra y jugamos durante una hora entera, sin prisas, sin interrupciones.

Nadie me llamó para preguntar por qué no estaba en mi puesto. No tuve que pedir permiso a ningún jefe. No sentí culpa.

En ese momento, sentí la verdadera libertad. No es viajar por el mundo, es ser dueña de tu mundo. Es poder priorizar un abrazo. Es poder ir al médico sin dar explicaciones. Es decidir que hoy tu oficina es el sofá porque tu cuerpo te pide descanso.

Esa es la libertad por la que luchamos aquí. La que te permite integrar tu vida y tu trabajo, en lugar de sacrificarte por uno de ellos.

Espero que esta pequeña historia te inspire y te recuerde el "porqué" de este viaje.

Un abrazo grande.

Andrea.

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